Muy buenos días:

Nos sentimos agradecidos por esta hermosa mañana que nos ha preparado el señor Jesús. Le alabamos y le glorificamos por su presencia a través de su santo espíritu para que habite en cada uno de nosotros.

Nos sentimos orgullosos y agradecidos porque él vive y reina para siempre en nuestros corazones, fortaleciendo nuestra alma y nuestra vida. En este día quiero recordar que tan grande son sus maravillas. Saber porque nos sentimos orgullosos de alabarle, de mencionar su santo nombre siempre. Que tan felices y satisfecho nos sentimos cuando todo lo que hacemos nos sale bien.

Cuando estamos seguros que hemos aprendido sus enseñanzas, lo sabemos por el resultado de nuestro trabajo. Por el resultado de nuestras acciones.

Hay momentos en la vida que hemos pronunciado estas hermosas frases: “Hoy tuve un gran día “, “Hoy me fue bien”, “Que bueno, salió todo bien”, etc.

Cuando estas frases aparecen en nuestras vidas, lo que sentimos en ese instante que la decimos, significa sentirnos confiados con nosotros mismos.

Esa confianza que nos invade, la reconocemos de igual manera cuando estamos rodeado de la presencia de Dios. Y hace que nuestro día sea bueno. Por eso siempre debemos ser pacientes y perseverantes mostrando una actitud positiva.

Dios nos enseña en su palabra lo siguiente:

Jeremías 17:7-8

Bendito el hombre que confía en el señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas siempre están verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”.

Queridos amigos les invito en este momento a depositar siempre toda su confianza en el señor. A través de él estaremos más seguro y el fruto de nuestras acciones siempre será bueno.

Amén.