Una de las acciones que nos ha enseñado nuestro padre celestial es aprender sobre el perdón. Aprender a perdonar a los demás. Dándole las gracias por esta hermosa mañana y con la guianza del espíritu santo de Dios quiero compartir un hermoso mensaje.
Dios nos enseña sobre el perdón en su santa palabra.
El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. “
Podemos entender el mensaje y aceptarlo si somos creyentes en Cristo Jesús y de su palabra.
De lo contrario, si no somos creyentes, y practicamos el perdón, la vida se siente mucho mejor.
La pesada carga, se torna ligera.
Para perdonar hay que aprender a amar.
Cuando amamos a nuestro prójimo no hay necesidad de ofensas, porque sabemos que tarde o temprano debemos perdonar.
Pidámosle a Dios que no nos permita ofender a los demás.
En Efesios 4:32, Dios nos enseña:
Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Queridos amigos la ofensa es una de las mayores ataduras de esclavitud del ser humano. Pedir a Dios no caer en la tentación de ofender, ni en la desdicha de ser ofendido, es importante para nuestra salud espiritual y nuestra vida en este mundo, porque es la principal causa de destrucción de nuestro ser.
Puede una piedra permanecer dentro de nuestro zapato mientras caminamos?
Así mismo nos sentimos cuando ofendemos o somos ofendidos. Sentimos molestias.
La piedra con el tiempo nos podría lastimar gravemente, si la dejamos en el zapato. De igual manera la ofensa no se ve pero se mantiene activa en nuestro interior y nos lastima. Muchas veces vivimos con ella y nos conformamos, pero sabemos que hay algo pendiente de resolver en nuestro interior.
Queridos amigos no acumulemos ofensas por simple que parezcan porque llegara un momento, en que nos hará lo mismo que la piedra.
Para encontrar liberación en medio de las ofensas, Dios nos dice en su santa palabra:
Proverbios 28:13
Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla perdón.”
Queridos hermanos, Dios es un padre de amor, quiere que seamos libres de ofensas y que no nos dejemos caer en esas tentaciones. Pedirle a Dios siempre para que nos libre de ellas, a través de su hijo amado Jesús, para que reine la paz en nuestros corazones y podamos en todo momento sentir manifestada la gloria de su santo espíritu.
Amén.