Que estemos dispuestos a escuchar con humildad y juntos alcanzar ese conocimiento nuevo que Dios quiere que crezca en nuestro corazón.
Démosle la oportunidad a nuestro señor Jesucristo de permanecer en nuestra vida y que nos permita servir en lugar de ser servido. Que nos permita ayudar más a los demás y velar por nuestro prójimo cuando más nos necesita.
Jehová Dios nos dice en su santa palabra en Mateo 20:28
“Así como el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.”
El termino servir es una actitud que nos enseña la vida de diferentes maneras, cuando aprendemos a valorar mejor la vida de las personas que nos rodean.
Llegan momentos en los que Dios nos enseña a servir con amor.
Llegan momentos en los que estamos preparados y dispuestos para servir a los demás con nuestras acciones.
Cuando nuestras acciones son sinceras las personas que la reciben pueden percibir la verdadera gloria de Dios, porque también sus sentimientos cambian, se produce un cambio en sus vidas. Y ese cambio es para siempre. Esa es la impresión que Jehová Dios quiere que dejemos en el andar de nuestra vida.
Él quiere que sembremos ese amor, en el corazón de las personas sirviéndoles de las misma manera que el hizo dejándonos impresa esa sensación de alegría, de asombro y de admiración al saber que un hijo del Dios altísimo nos sirvió primero y sembró en nuestro corazón el amor, la compasión, la humildad, y el deseo de continuar haciendo su obra en cada paso que damos.
En su santa escritura Dios nos dice en Gálatas 6:9
“No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencido.”
Como vemos el resultado de la cosecha en nuestra vida?
Cuando nuestro andar genuinamente esta puesto de manera correcta bajo la guianza del espíritu de Dios, bajo la obra divina de nuestro padre celestial y a la vez tenemos un corazón humilde lleno de amor, el resultado de nuestra cosecha, está llena de vida en abundancia. La podemos sentir, en nuestro diario vivir. En la forma como Dios nos ayuda a ver la vida, a vivirla. Cuando obramos incondicionalmente solo pensando en lo felices que podemos hacer a los demás, Dios nos premia con una vida llena de paz, libre de preocupaciones. Porque no vemos la vida como el mundo la ve, la vemos como Dios ha elegido que sea para nosotros, llena de su santo gozo espiritual.
Queridos hermanos y amigos, Dios quiere que todos disfrutemos de esa cosecha que tiene preparada para nosotros, él quiere que recibamos de sus frutos hoy y para siempre.